Trafalgar es narrada por Gabriel, un octogenario “en el ocaso de la existencia” que da cuenta de sus andanzas cuando, siendo un adolescente, entra a trabajar como paje en la casa del capitán retirado don Alonso, hombre pueril que tiene su antagonista en su irritable esposa Doña Francisca, mujer que desdeña la pasión de su marido por las batallas navales. Gabrielillo, poco antes de enrolarse en el navío Santísima Trinidad junto a su amo, se enamora de la hija de éste, Rosita. Hablamos de una novela de iniciación sui generis, y escribo el latinajo porque el personaje novelesco no se abre al mundo para conocer el dulce sabor del amor sino el amargo regusto de la guerra. Jovencitos que juegan a ser adultos y adultos que juegan, en los últimos años de su vida, a ser jovencitos obedecen el pulso narrativo de un Galdós en plena forma.
TRAFALGAR: UNA HISTORIA PARA EL RECUERDO Y PARA EL OLVIDO
Francisco Rodríguez Criado
El siglo XIX fue una dura jornada en la Historia de nuestro país: España se despertó en 1805 con los cañonazos de Trafalgar y se acostó exhausta, noventa y tres años después, tras perder las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a manos de Estados Unidos en lo que vino a llamarse el Desastre del 98. Sobre el primer acontecimiento, que es el que centra nuestra atención, Benito Pérez Galdós escribió, en 1873, Trafalgar, un magnífico documento literario, mitad novela mitad crónica histórica, con el que inauguraba sus Episodios Nacionales, que alcanzarían la cifra de 46 libros agrupados en cinco series. Este ambicioso proyecto, de acentuado interés histórico, tuvo gran acogida entre los lectores, al margen de clases sociales, quizá porque cumplía holgadamente la máxima horaciana de “enseñar deleitando”.
Sigue leyendo…TRAFALGAR, de Benito Pérez Galdós