
Sonia García Soubriet y la verdadera cara de la India
“Es verdad que el señor Singh es el más antiguo de los empleados, pero el que más sabe…, eso será según se mire. Allí arriba, en las mesas, sí, pero no debajo. Aquí se ven muchas cosas que se ocultan allí arriba, tras los gestos y las palabras: la verdadera cara de la vida, la verdadera condición de cada uno, que se mantiene en la sombra, donde nadie suele mirar, solo yo. También la forma de colocar los pies y la manera de moverlos dice mucho de las personas. Algunos se hablan por debajo, se dan pataditas cómplices y se pasan información escrita en un papel sin que el tercero se dé cuenta. Y de eso el señor Singh no sabe nada. Yo tampoco le digo. Eso me lo guardo para mí. Pero sé qué pie cojea cada cual. También sé de la crueldad de la gente que se ríe de su peluquín. Claro, que de mí también se ríen. Me llaman el pato y el mono, según les dé”.
Este fragmento del cuento “El villano en su rincón” podría ser tomado como una declaración de intenciones del libro al que pertenece, La desesperación del león y otras historias de la India, de Sonia García Soubriet, publicado recientemente por Menoscuarto. El cuento (dedicado a Juan Eduardo Zúñiga) está ambientado en El Volga, un discreto y austero local de hostelería a medio camino entre el café y el restaurante, un punto de encuentro para viajeros y residentes al que se consagra con devoción cuasi religiosa el narrador, un orgulloso lambaina que se gana el jornal limpiando el lugar, y para ello tiene que deambular en cuclillas por entre las mesas, donde se ve –dice él, y no tenemos por qué dudar de su opinión– “la verdadera cara de la vida”.
Y la verdadera cara de la vida de la India es lo que encontramos en estos cuentos de García Soubriet, una India no de postal ni de folleto para turistas, sino esa India en bruto, tan desmañada como intensa, tan inhóspita como cautivadora, que se desparrama en pensiones baratas, restaurantes, bazares, teterías, bares, hoteles y almacenes.
La desesperación del león y otras historias de la India abunda en la exhaustiva recreación ambiental de un país exuberante y vitalista que visualizamos a partir de su centro neurálgico, Delhi, ciudad en la que serpentea un friso de personajes variopintos deseando ser escritos. Algunos de ellos, quizá como el propio lector, están simplemente de paso, mientras que otros –como el lombaina antes citado– están casados física y mentalmente a las bondades y maldades de la India, que más que un país supone una forma de entender el mundo, una filosofía de vida.
Las composiciones monológicas (escuchamos solo una voz, la del narrador, nunca de manera directa la de los personajes) de La desesperación del león y otras historias de la India suponen un canto a la alegría de vivir, a la aventura de viajar y de conocer nuevos mundos, o más bien micromundos, esos que se visualizan y escuchan a ras del suelo, donde los silenciosos mensajes de los clientes secretean a gritos.
El libro no es una recopilación de cuentos de personajes al uso, articulados mediante el trinomio presentación, nudo y desenlace. Escorado hacia la coralidad, su gran objetivo, creo, va más allá de narrar las peripecias de unos personajes concretos. García Soubiret sortea los estrechos límites del cuento clásico (algo le sucede a alguien en un lugar concreto en un tiempo concreto) y pone su pluma al servicio del tumulto de la calle, de la vida menuda en el barrio, de la intrahistoria. En los cuentos de García Soubriet el menor detalle es narrado con impronta épica, ese detalle en el que nunca se fijaría un turista pero sí un viajero.
Leer es una forma maravillosa de viajar, dicen algunos con razón. La desesperación del león y otras historias de la India es una digna prueba de ello.

1 comentario en «Sonia García Soubriet y la verdadera cara de la India»