
Las islas que van quedando, de Mauricio Electorat
Mauricio Electorat es un escritor actual que nació en Chile, 1960. En 1981, tras estudiar dos años de Periodismo y Literatura en la Universidad de Chile, se trasladó a la ciudad de Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Desde 1987 hasta 2005 vivió en París; actualmente reside en Santiago. Es autor de los libros de poemas Un buey sobre mi lengua (1987) y Fuerte mientre lorando (1989). En 1995 apareció su primera novela, El Paraíso tres veces al día, ganadora del Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, y del Premio Municipal de Literatura que concede la ciudad de Santiago. El volumen de relatos Nunca fui a Tijuana y otros cuentos, publicado en Santiago, en 1999, obtuvo los mismos reconocimientos en la categoría de cuento. Su segunda novela, La burla del tiempo, ganó el Premio Biblioteca Breve en 2004.
En su novela Las islas que van quedando, Julián es un escritor argentino que escribe mucho por encargo. La pagan bien por escribir eso que se llaman “bodrios”. Es esa literatura desechable para leer en el tren, en el avión o hasta en el motel entre polvo y polvo. Después de una vida licenciosa (le gustan el trago y la comida) muere sin pena ni gloria, dejando una hembra cubana de fuste y muy necesitada de cariño llamada Milagro y quizás una novela que escribió sin las monedas de por medio. Boris es el amigo que tiene en sus manos la carpeta con los presumibles originales de esa novela que tiene por escenario principal las islas del archipiélago de Juan Fernández. También, la trama se desarrolla en otras ciudades como Barcelona y al parecer París y Tokio. La cuestión es armar la novela que quedó a medio camino. Julián era muy abierto en el bar y muy hermético con su trabajo en serio, del cual hablaba muy poco. Por eso su amigo Boris piensa que podría ser algo serio y de buen pronóstico ese hallazgo. ¿Valdrá la pena armar la historia¿ ¿Existirán otros papeles. En el ínterin Boris y Milagro (la ex pareja de Julián que la muestran como una hija del mismísimo Fidel Castro) establecen una relación más estrecha que en los tiempos cuando el escritor estaba vivo. Él al menos se tortura con su presencia y se la quiere comer de verdad.

Electorat efectúa la narración en forma un poco desordenada, pero no es difícil dar con la línea argumental y con la historia. Utiliza distintas formas y distintos tipos de lenguaje. Su palabra en todo caso es muy “chilena”, aunque él trata de que todo el mundo lo entienda.
Electorat es un autor con gran ritmo escritural, original, y con una gran capacidad para tejer interesantes historias a partir de un simple tropezón en la calle.
*** Mauricio Electorat, Las islas que van quedando, Alfaguara, 2011
Cuento de Mauricio Electorat: Solo
