La humanidad indiscutible del “escritor” Alfredo Zitarrosa

Alfredo Zitarrosa, escritor
Alfredo Zitarrosa, junto a su hija

La humanidad indiscutible del “escritor” Alfredo Zitarrosa

Por Ernesto Bustos Garrido

Se me ocurre que la palabra humano es la que mejor define, según mi modesto punto de vista, el carácter y la persona de Alfredo Zitarrosa, el gran cantante uruguayo, que siempre respetó su adhesión a las luchas de los pueblos latinoamericanos. Para corroborar esta idea baste escuchar un par de sus canciones, por ejemplo “Milonga de ojos dorados” o “El violín de Don Beno” y embriagarnos con esa voz de barítono, profunda, varonil, tan propia de él, con una calidez, una verdad y una humanidad en las palabras que conmueve.

Pero Zitarrosa no es solo voz, también escribió cuentos y cientos y cientos de crónicas periodísticas en el semanario Marcha de Montevideo. En 1988, un años antes de su muerte, publicó el libro Por si el recuerdo, con doce cuentos que tienen mucho de autobiográficos y un guiño al estilo de Horacio Quiroga y Juan Rulfo.

La temática de estas doce narraciones deambulan entre la tierra, la muerte, los amores, las mujeres queridas, y los pájaros. Son particularmente hermosos y sensibles sus cuentos “El  tío Pepe”, “La muerte de mamá”, “Los vuelos”, “Tente-en-el-aire” y “Lenguas”.

A esta obra única e irrepetible de un cantor popular, de un hombre comprometido con las gentes, sencillo y cordial, se agregan las crónicas que se publicaron en distintos diarios y revistas de Uruguay, Argentina, Perú, Bolivia, y México.

Una de estas crónicas literarias es la que hemos seleccionado para Grandes Libros. Se titula “El allanamiento” y trata de esos años de la dictadura en Uruguay, donde al cantor popular se le persiguió por su militancia política. En 1976 debe exiliarse. Primero huye a Argentina, luego a España, para terminar en México. En todos esos años nunca dejó de cantar y declararle su amor incondicional al pueblo charrúa. En 1983 regresa a Argentina, donde realiza el histórica recital en un repleto Estadio Obras Sanitarias. Al año siguiente retorna a su patria y ofrece el concierto histórico en un Estadio Centenario de Montevideo lleno hasta las banderas.

Alfredo Zitarrosa, dueño de una extensa discografía, fue admirado por muchos, entre otros por Atahualpa Yupanqui, quien una vez declaró: “Zitarrosa canta mejor que yo la Milonga del Silencio”; y esto es mucho decir….

Muere el 17 de enero de 1989 en Montevideo.

Cuento de Alfredo Zitarrosa: El allanamiento

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