En general, vivir del arte y de la cultura se está convirtiendo en una utopía en un país en el que, por desgracia, se buscan otros valores. A mí me ha llegado a decir una persona que era caro un libro editado por nosotros (5,40 €), mientras se estaba tomando un gin-tonic de esos preparados que te cuestan 12 o 14 €. Nada que reprochar, cada uno elige dónde gastarse su dinero, pero este ejemplo nos indica que el público invierte muy poco en cultura. También ha hecho mucho daño ese concepto del “todo gratis” en el que se vivió durante los años previos a la crisis. A mí me gusta valorar el trabajo de todos los artistas y no me escuece, cuando tengo la oportunidad, pagar por ello.
1 ¿Cuándo comenzaste a escribir y con qué pretensiones?
Creo que escribo desde que tengo uso de razón. Conservo en una caja de zapatos los primeros escritos adolescentes, por lo que tienen de entrañable vistos desde la distancia. Escribo sin otra pretensión que hacerlo para mí, aunque luego es inevitable pensar en el lector. Por supuesto, a estas alturas de mi vida, no busco fama ni reconocimiento, sino hacer lo que me gusta.
2 ¿Planificas los libros antes de sentarte a escribirlos o surgen sobre la marcha, al hilo de tus pensamientos, sin planificación?
Hay en algunas ocasiones un esquema previo, pero también me gusta dejarme llevar, que los personajes hablen, que se “impongan” a mis deseos, me resulta divertido. En poesía juego siempre con un hilo conductor, no soy de los que acumulan una miscelánea de poemas, sino que guardo una temática con cada poemario. Tengo una novela, ya terminada, en un cajón. Fueron tres años de trabajo y me moví con una estructura, con un armazón previo, sobre el que fui luego construyendo el resto de la historia.
3 ¿Cuál es tu género preferido como escritor y cuál como lector?
En mi caso, es como cuando a un padre se le pregunta que cuál es su hijo favorito. No puedo decidir entre poesía y narrativa ni como lector ni como escritor, los sigo a partes iguales. Hay otros géneros que me son un poco más lejanos, como el teatro o el ensayo.
4 ¿Escribes pensando en un lector específico o crees que cualquier persona es un lector en potencia de tu obra?
Una vez que uno saca a la luz un libro ya pertenece a cualquier persona que se acerque a su lectura. No pienso en un lector específico. A veces uno se lleva sorpresas muy agradables en este sentido.
5 ¿Te costó mucho encontrar editor para tu primer libro?
En mi caso fueron amigos que se interesaron por mi obra. Aunque tengo que decir que hace unos años estaba loco por publicar, ahora lo veo todo desde otro punto de vista. Mucho más calmado. Puede ser el hecho de tener una editorial, Letras Cascabeleras, que le hace a uno más humilde, sobre todo cuando nos llegan para su publicación auténticas joyitas tanto en narrativa como en poesía.
6 ¿Qué opinas de los muchos premios literarios que se convocan hoy día?
Hay de todo. Una vez me presenté a un premio de novela. Se presentaron unas novecientas obras y lo resolvieron en menos de un mes. Sabemos, por la experiencia que tenemos en los premios literarios que organizamos en Letras Cascabeleras, que eso es imposible. Por lo tanto, en ese caso, se demostró que el premio no era limpio. Hay, sin embargo, muchísimos premios donde prima la honradez y el buen hacer. Como escritor participo en muy pocos premios literarios y solo cuando considero que tengo algo que sea interesante, pero recomiendo siempre a mis compañeros y compañeras de oficio que participen, que prueben suerte, porque merece la pena intentarlo.
7 ¿Vivir de la literatura es una utopía?
En general, vivir del arte y de la cultura se está convirtiendo en una utopía en un país en el que, por desgracia, se buscan otros valores. A mí me ha llegado a decir una persona que era caro un libro editado por nosotros (5,40 €), mientras se estaba tomando un gin-tonic de esos preparados que te cuestan 12 o 14 €. Nada que reprochar, cada uno elige dónde gastarse su dinero, pero este ejemplo nos indica que el público invierte muy poco en cultura. También ha hecho mucho daño ese concepto del “todo gratis” en el que se vivió durante los años previos a la crisis. A mí me gusta valorar el trabajo de todos los artistas y no me escuece, cuando tengo la oportunidad, pagar por ello.
8 ¿Qué diferencias encuentras entre el mundo editorial de tus inicios como escritor y el actual?
Bueno, pues no ha pasado tanto tiempo. En estos años sí que se ven muchas ganas de hacer cosas muy interesantes desde editoriales independientes, que están realizando una labor magnífica para la difusión de obras que de otra forma no llegarían al lector. Hay ediciones que son una auténtica delicia, y todo ello lejos de los grandes grupos que controlan el mercado. Es fundamental que el lector cuente con alternativas, que no todo sea la lista de los diez libros más vendidos.
9 ¿En qué medida crees que pueden ayudar las redes sociales a difundir la obra de un escritor?
Las redes sociales son un instrumento fundamental hoy en día en la difusión de la literatura. Gracias a ellas editores y escritores se pueden encontrar con más facilidad. En Letras Cascabeleras convocamos un concurso, que va por su segunda edición, que se ha internacionalizado gracias a las redes sociales y esto nos ha dado la oportunidad de publicar a autores y autoras de diferentes rincones del mundo.
10 ¿Qué opinas del libro digital?
A mí me gusta mucho el libro tradicional porque creo que es un objeto bonito en sí mismo. También leo en digital y creo que hay que aprovecharse de la tecnología. Al final, lo importante es que se lea, aunque creo que ambos formatos, al contrario de lo que ha pasado con otros soportes de difusión culturales, convivirán siempre.
11 ¿Qué opinas de la autoedición?
La autoedición es una forma de publicar muy digna. El autor se arriesga porque cree en su obra, en su proyecto, y eso es algo que hay que respetar. Pero por otro lado la labor de una editorial es fundamental, porque hay -o se suponen- unos criterios de calidad para darle al lector lo mejor. Yo soy autor y editor, y he publicado en mi editorial, es decir, que me he autoeditado. Eso sí, me he vuelto muy exigente conmigo mismo, porque creo que publicar una obra es toda una responsabilidad.
12 ¿Consideras positivos los talleres de escritura creativa o piensas que no se puede enseñar a escribir?
Todo lo que sea formación es positivo y los talleres de escritura creativa me parecen fundamentales. El escritor nace, pero también se hace, y una forma indiscutible de hacerse es a través del aprendizaje, de lo que otros pueden aportarte.
13 Con el paso de los años algunos escritores acaban eliminando ciertos títulos de su semblanza. Aunque no precisamos conocer el nombre, ¿hay algún libro de los tuyos que te satisficiera en tus inicios, pero que ahora preferirías no haber escrito?
Mi primer libro publicado en solitario es de 2010. Creo que no ha pasado tiempo suficiente como para “odiar” nada de lo que he publicado. Seguramente con el paso de los años veré los primeros títulos desde otra perspectiva.
14 Para ese lector que aún no ha leído nada tuyo, por favor, recomiéndanos uno de tus libros. Cuéntanos brevemente cómo fue el proceso de creación y por qué has elegido ese título y no otro con vistas a nuevos lectores de tu obra.
El poemario “El último diente de leche”, que además es lo último que publicado en solitario. Creo que dentro de mi poesía es el libro más diáfano y al alcance de cualquier lector. El proceso creativo duró cerca de tres años con muchas sombras y luces, alternando con otros proyectos, y con varias versiones hasta dar con la definitiva, de momento.
15 Recomiéndanos, por favor, dos libros cuya lectura te haya impactado. Uno de un autor clásico y otro de un autor contemporáneo. (Da igual el género).
Esta es la pregunta más complicada de todo el cuestionario. Es tan difícil elegir. Diré “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca y “Paradoja del interventor” de Gonzalo Hidalgo Bayal, pero podía haber elegido otros títulos entre los que me rondan la cabeza en este momento.
Muchas gracias. Te deseamos mucha suerte en todos tus proyectos literarios.
Comprar El último diente de leche, de Víctor Manuel Jiménez Andrada.
Víctor Manuel Jiménez Andrada nació en Cáceres, en 1971. Ha publicado poemas y cuentos en diferentes revistas y antologías. En junio de 2011 ganó el accésit del I Certamen de cuentos y leyendas de Cáceres. En julio de 2011 consiguió una beca a la creación literaria concedida por la Junta de Extremadura para el poemario “Versos del insomnio”. En noviembre de 2011 publicó con Rumorvisual el libro de cuentos “Comidas para llevar”. En junio de 2012 funda, junto a varias personas, la Asociación Cultural Letras Cascabeleras, cuyas ediciones se encarga de coordinar. En noviembre de 2012 publica el poemario “Versos del insomnio”. En junio de 2014 sale a la luz su poemario “Circo” con el que ha ganado el XVI Premio de Poesía “García de la Huerta”. En 2015 publica «Encélado» en la colección «La bolsa» (Letras Cascabeleras). También en 2015 publica en el número 7 de la colección de poesía «3×3» (Editora Regional de Extremadura), dirigida por Antonio Gómez. Su último poemario publicado es “El último diente de leche”, 2015. Durante varios años publicó el tríptico “Letras Breves”, con textos hiperbreves y poesía. Ha coordinado varios talleres y actividades literarias, como presentaciones y recitales poéticos. En su blog www.papirowebxia.com, se pueden ver muestras de su trabajo. (Blog) (Facebook).
Francisco Rodríguez Criado es escritor y corrector de estilo y trabaja como redactor de contenidos para publicaciones de diversa temática. Su blog Narrativa Breve es uno de los espacios literarios más leídos en lengua castellana. El diario Down, testimonio literario sobre la paternidad y el síndrome de Down, es su último libro. (Web) (Facebook).
