En cierta ocasión, un joven llegó a un campo de leñadores con el propósito de obtener trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que podía empezar al días siguiente.
Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos árboles.
El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue escasamente la mitad del primer día.
El tercer día se propuso mejorar su producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.
Cuando el leñador jefe se dio cuenta del escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:
-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?
El joven respondió:
-Realmente, no he tenido tiempo… He estado demasiado ocupado cortando árboles…
Tres cuentos de caballos Los hechos, siempre los porfiados hechos, han puesto en más de una ocasión en jaque aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre. Rudyard Kipling escribió un cuento donde el mejor […] Posted in cuentos
¿Cómo fue que corto tantos árboles ?el primer día los corto sin el mismo tiempo el primer día tampoco tuvo tiempo de afilar el hacha
Se asume que ya había sido afilada antes, lo más probable que fue por su jefe.