La conjura de los necios, de John Kennedy Toole
Para quien haya leído La conjura de los necios, estoy segura de que Ignatius Reilly, su protagonista, será sin duda uno de los personajes más extraños y, en cierto modo, entrañables con los que se habrá encontrado.
Quien no haya leído todavía esta maravillosa novela podrá disfrutar por primera vez del ingenio, la ironía, las extravagancias y el insólito mundo en el que se desarrolla esta rocambolesca historia, si es que se le puede llamar así. Y eso, amigo lector, es una auténtica suerte.
Antes de adentrarnos en ese mundo, me parece necesario hablar primero sobre su autor y las circunstancias que rodean a su obra. John Kennedy Toole escribió esta novela en 1962. Una vez acabada, como cualquier otro escritor, la envió a varias editoriales para intentar que la publicasen, pero las respuestas siempre fueron negativas. En 1969, a los 31 años de edad, Toole decidió suicidarse, dejando huérfana a su obra. Sin embargo, la madre de Toole envió la novela insistentemente al también escritor Walker Percy, quien en el prólogo de ésta explica cómo ella le pidió una y otra vez que la leyese y lo motivos que le llevaron a promocionar su publicación.
Cuando una obra maestra como ésta queda huérfana, cabe preguntarse si hubiéramos podido disfrutar de otras genialidades del mismo autor. Lo cierto es que aunque podamos intuirlo, es algo que nunca sabremos. Es difícil adentrarse en la mente del escritor e intentar adivinar cuáles fueron los motivos de su suicidio. Es también difícil saber si Toole hubiera estado realmente orgulloso del papel que ha obtenido su novela dentro de la literatura universal. En cualquier caso, su legado es breve pero intenso, algo que muchos escritores sueñan con conseguir. Toole no sólo lo consiguió, sino que además creó a uno de los mejores personajes literarios de todos los tiempos.
¿Qué tiene Ignatius Reilly que lo hace tan especial? Este hombretón de vestuario desaliñado vive con su madre, quien le pagó sus estudios en la Universidad y en la que él empleó ocho años de su vida. No trabaja ni tiene intención de salir a buscar un trabajo. Es más, apenas sale de su propia habitación donde pasa el día en camisón de franela escribiendo lo que parece ser un estudio de su visión del mundo. Es un niño sobreprotegido, que vive pegado a las faldas de su madre y que encima es respondón. Y digo niño porque a lo largo de la novela es tratado en varias ocasiones como tal, tanto por su madre como por otros personajes. Según él tiene un problema estomacal que hace que las flatulencias se paseen por las páginas del libro como si de otro personaje se tratase. La hipocondría es otra de sus principales características. Efectivamente, Ignatius es una joya. Un personaje que el director Woody Allen podría haber sacado de su imaginación. Pero no son éstas sus virtudes. El encanto reside en la astucia de Toole a la hora de hacer que un personaje tan aparentemente desagradable nos produzca aceptación y a veces hasta comprensión. Y esto lo logra gracias al exquisito humor que desprenden sus letras. Un humor que puede hacernos reír a carcajadas. Gracias también a la ironía y al ingenio que envuelven a Ignatius y que hace que todo el mundo que le rodea parezca que haya sido creado por y para él. Y por supuesto, gracias a la extravagante galería de personajes que circulan por el libro aportando su verdadera esencia.
El desgraciado inspector Mancuso, Lana o el genial Jones son algunas de ellos. Y por supuesto, no podemos olvidar a Irene Reilly, la madre en cuestión, quien soporta el peso (literal y figurado) de su hijo. Una madre que es consciente de cómo es su hijo, que sabe que no la trata todo lo bien que debiera, que no entiende por qué no puede ser normal y trabajar y vivir independiente como cualquier persona de su edad, pero que a pesar de todo, no deja de tratarle como a un niño pequeño y le consiente todos los caprichos y extravagancias, no sin esconder una botella de moscatel para bebérsela a sorbitos cuando su hijo no la ve.
Contar la trama de la novela es algo difícil de explicar en tan solo unas líneas. La verdadera historia comienza cuando Ignatius se ve obligado a abandonar su habitación repleta de cuadernos para enfrentarse a este mundo capitalista en el que deberá encontrar trabajo. A partir de ahí, dejo al lector que se sienta la curiosidad de adentrarse en este mundo, que descubra por sí mismo cómo es realmente nuestro protagonista y todas las excentricidades y aventuras en las que él y el resto de personajes se ven inmersos.
Estoy segura de que esta tragicomedia no defraudará a nadie, ya que desde el momento de su publicación, La conjura de los necios ha sido una de las novelas más vendidas y leídas en todo el mundo, merecedora del premio Pulitzer en 1981, justo un año después de su publicación. La conjura de los necios es una obra escrita por un genio, uno de esos genios que cuando aparecen todos los necios se conjuran contra él.
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Título: La conjura de los necios
Autor: John Kennedy Toole
Primera edición: 1980, ganadora del Pulizter en 1981.
Categoría: Novela
Edición comentada: Anagrama, 1992.
Traducción: J.M. Alvarez Flórez y Angela Pérez
Victoria Mera García es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada. Ha vivido durante un año en Rouen (Francia) y otro en Braga (Portugal) gracias a becas de su universidad. Su primer poemario en solitario se titula Rutas de Vuelo, publicado por Ediciones Oblicuas en 2013. Además, ha sido publicada en 3×3, Colección de Poesía, 4 (Editora Regional de Extremadura), en Taller de la Poesía y del Relato, Antología 2011 (Editora Regional de Extremadura, 2012) Trece (rumorvisual, 2010) junto con otros doce poetas extremeños. Ha colaborado en las revistas literarias Generación espontánea, Ágora, papeles de arte gramático, El coloquio de los perros, Fábula, Norbania, Ventana sur (Cuba) y Papalotzi(México). Su estilo ha sido definido como una “minuciosa arquitectura literaria” y sus poemas “frescos y llenos de poesía”.

Una de esas novelas que gusta a todos o a casi todos los lectores. Tendré que releerla un día de estos.
Hola Victoria.
Compré este libro de segunda mano y lo tengo desde hace un tiempo en una estantería mirándome con ojos tristes y tras leer tu reseña creo que me sobran los motivos para leerlo.
Un saludo.
Hola! Te escribo desde Casa del Lector, un centro cultural en Matadero Madrid porque el próximo 9 de julio tendremos una jornada internacional de homenaje a La conjura de los necios. Quizá te apetezca asistir o difundirlo entre otras personas que se entusiasmaron por esta novela y su genial protagonista! Aquí te dejo la información: http://casalector.fundaciongsr.com/2364/Ignatius-Day-Una-celebracio